por Fabrizio Casari
 
El Parlamento nicaragüense, con amplia mayoría, ha votado un decreto de disolución para 5 diferentes ONG nicaragüenses, acusadas de haber desempeñado un papel de apoyo organizativo y liderazgo político en el intento de golpe de estado que ha ensangrentado a Nicaragua desde el 18 de abril hasta el pasado mes de julio.

Los liberales y los conservadores han votado en contra, acusando a los sandinistas de represión antidemocrática, pero en realidad las decisiones del Parlamento nicaragüense se han tomado en cumplimiento de la ley 147 sobre la ONG, aprobada en 1992 por el gobierno liberal y conservador de Violeta Chamorro, para regular la actividad de las empresas que reciben fondos internacionales. Así que las protestas de la derecha son extrañas, ya que cuando están en el gobierno votan leyes, que luego, cuando van a la oposición no quieren aplicar.

Durante años, las ONGs disfrutaron de una considerable tolerancia por parte de las instituciones gubernamentales, sintiéndose amparadas por una ley que, sin embargo, también prevé la obligación de mantener las cuentas en transparencia, renovar los cargos electivos y operar en consonancia con los propósitos establecidos. Obligaciones que han sido ignoradas.
El artículo 24, párrafo 7 de la Ley, dispone el retiro de la autorización en caso de utilizo para cometer actos ilegales, violación del orden público, realización de actividades que no corresponden a los fines para los cuales han sido establecidas. Precisamente lo que ocurrió.

En los estados financieros no había trazabilidad del origen de los fondos, sin embargo en las investigaciones aparecieron recibos por miles de dólares con causales claramente atribuibles a los actos terroristas cometidos. En cuanto a la renovación de los cargos electivos, a menudo la misma persona (este es el caso, por ejemplo, del Popol Na de Monica Baltodano) aparecía en función ocupando al mismo tiempo todos los cargos previstos, lo que demuestra que estos eran accesorios muy privados y no actos públicos. Finalmente, entre los propósitos de su constitución y los hechos demostrados, no existe algún un vínculo posible.

De hecho, las hipotéticas organizaciones no gubernamentales "para la defensa de los derechos humanos", en alianza con la Conferencia Episcopal, el Cosep y los partidos de la oposición, han trabajado sobre todo para incitar la revuelta armada contra el gobierno constituido legal y legítimamente. Posición que vincula a estas organizaciones a la esfera de las asociaciones subversivas y no de defensa de los derechos humanos, que quizà son las víctimas predestinadas de todo conflicto.

Con nombres diferentes, pero de propiedad de los habituales, las ONGs nicaragüenses han sido, ante todo, la fuente de acreditación política y financiera en los Estados Unidos de una generación de políticos fracasados, que una vez fueron sandinistas para luego pasar con armas y equipaje a la extrema derecha.
Las fundaciones y asociaciones a lo largo de los años se han denominado de forma diferente: al principio fungieron de caja de familia para los Chamorro, los Baltodano, etc., para luego convertirse en organizaciones activas en la contratación, capacitación y organización de grupos antigubernamentales y recolectores de fondos de los Estados Unidos.

De hecho, como demostrado ampliamente, las ONGs recibieron importantes sumas de dinero provenientes de organismos gubernamentales de terceros países y estructuras aparentemente privadas, pero atribuibles a partidos y gobiernos extranjeros, con el objetivo de crear oposición al gobierno sandinista, mejor si violenta. Por lo tanto, fungieron de organizaciones no gubernamentales solamente para su país, pero decididamente gubernamentales para aquellos que las mantienen.

Durante el intento de golpe de Estado proporcionaron la logística, el suministro de alimentos, transporte, armas y sirvieron de red de información en apoyo a las operaciones terroristas que constituían la quinta esencia del intento de golpe.

Otra tarea que llevaron a cabo fue la creación de redes sociales artificiales, difundiendo noticias falsas, con el propósito de generar caos, para luego elaborar informes falsos sobre la represión. Mismos a ser utilizados internacionalmente, ofreciendo una versión manipulada de los hechos, preparando un clima hostil hacia el gobierno sandinista por parte de la comunidad internacional y creando las condiciones para la aprobación de futuras sanciones contra el País.

Dos son propietarios prominentes de estas compañías: el MRS, un micro-partido altamente resentido y criminal, nacido de la separación del FSLN en 1994 y la familia Chamorro, guía histórica de la oligarquía nicaragüense que tiene en sus manos la mayor parte de la información privada del país. El primero como brazo armado y propagandístico del golpe de Estado, el segundo encargado de mover la empresa privada hacia el golpismo, ambos comparten las mismas ambiciones en un terreno común. Para el MRS, que representa a las familias oligárquicas que una vez fueron sandinistas, el sueño es vengarse del Presidente Ortega y destruir al partido que no quiso seguirlos en su camino hacia la extrema derecha; para la familia Chamorro, la aspiración es recuperar el poder político y devolverlo, veintiocho años después, a otro miembro de la familia bajo el mando de Nicaragua.

Algunos analistas creen que las decisiones tomadas por la mayoría del Parlamento nicaragüense son la respuesta a la aprobación de la Nica Act en las dos ramas del Parlamento de los Estados Unidos. Sin embargo, a pesar que el clima político en la relación con los Estados Unidos se haya endurecido seriamente, no existe una relación de causa-efecto directa entre el voto de Washington y el voto de Managua.

Con la disolución de las ONGs, Nicaragua solo continúa con el trabajo de identificación, juicio y sanción contra el bloque reaccionario y criminal que intentó un golpe violento que costó más de 200 muertos, causando pérdidas a la economía por 1,812 millones, así como el fin del clima de paz y convivencia civil que veía Nicaragua como el país más seguro de América Latina, junto con Cuba.

Ningún país digno hubiera dejado impunes a los protagonistas y actores de horrores similares y, en todo caso, solo podemos plantearnos la hipótesis de que la identificación, el juicio y la administración de las sanciones relativas aún no están completas, ya que todavía hay personajes y estructuras que participaron activamente en el golpe de estado y que serán alcanzados tarde o temprano por la justicia.

La decisión de Trump de firmar o no la Nica Act tendrá repercusiones solo en las relaciones bilaterales. Probablemente los Estados Unidos, escolásticamente, piensan que tienen mucho que ganar y nada que perder manteniendo un clima más agresivo con Managua, pero están equivocados.

Nicaragua controlada por los sandinistas desempeña un papel valioso en la región centroamericana, tanto para la estabilidad política en el triángulo del norte como en la prevención del narcotráfico en el país y en el uso de sus fronteras. Además, sus políticas de inclusión hacen de Nicaragua el único país centroamericano que no contribuye a la migración irregular en los Estados Unidos.

La colaboración entre las respectivas fuerzas armadas es particularmente apreciada por el propio Pentágono, que en varias ocasiones ha reiterado admiración y respeto por el alto grado de eficiencia de las fuerzas armadas nicaragüenses.

Sin embargo, se puede imaginar que, en el caso de que Nicaragua, debido a la Nica Act, ya no pueda tener acceso a fondos internacionales para obras sociales, podría verse obligada a modificar parte de su presupuesto dirigiendo recursos hacia inversiones públicas y la asistencia social.

Por lo tanto, existe el riesgo que el dinero que hoy se gasta para satisfacer las necesidades de seguridad de los Estados Unidos, pueda convertirse en la primera víctima de las sanciones de los Estados Unidos. Quién sabe si Washington ha valorado suficientemente la oportunidad de relegar a los caprichos de la extrema derecha de Florida un problema serio que atañe la misma seguridad nacional de los EE. UU. y la política de la Casa Blanca hacia Centroamérica.


La estrategia de la USAID en Nicaragua está trazada a largo plazo, comprendido en el período 2010-2020 con vistas a los comicios presidenciales del 2021. Para esto se trabajó en función de tres objetivos generales:

Incrementar la capacidad participativa de la oposición en el escenario político del país, a través de la formación de un nuevo liderazgo opositor y fortalecimiento de los medios de comunicación de derecha para impulsar la guerra mediática.

Formar conciencia antigubernamental en sectores vulnerables de la sociedad, con énfasis en la Costa Caribe, región catalogada por el Departamento de Estado norteamericano como un área priorizada de cara a sus objetivos políticos en el territorio nicaragüense.

Desarrollar un nuevo liderazgo juvenil y control sobre los medios de comunicación independientes.
Para dar cumplimiento a dichos objetivos la USAID destinó un monto aproximado de 68 414 563.00 USD, a lo que se añadió un incremento en 2016 de 7 995 022.00 USD, dirigido a fortalecer la ejecución de los siguientes programas:

– Trainign in data journalism and data visualization

Este programa está siendo ejecutado por la institución norteamericana International Research and Exchange Board (IREX), con fondos además de la Open Society. Está previsto para el período 2015-2020 un presupuesto inicial de 3 850 000.00 USD, a lo que se añadió en 2016 un presupuesto de 890 000.00 USD para un total de 4 740 000.00 USD.

Se ejecuta en Nicaragua a través de la iniciativa “Voces Para Todos” que promueve el propio IREX con participación de la ONG local Fundemos.

Este proyecto está dirigido fundamentalmente a influir de manera negativa sobre la opinión pública nicaragüense y construir una matriz comunicacional contra el gobierno de Daniel Ortega que mantenga un nivel de descontento como tendencia en la población.

 – Institutional Strengthening Program

Este proyecto fue ejecutado por la contratista norteamericana Dexis Consulting Group and Chemonics en el período 2013-2018, con un monto inicial de 6 498 767.00 USD, a lo que se sumó un incremento en 2016 de 2 500 000.00 USD, totalizando 8 998 767.00 USD hasta la actualidad.

El programa ha tenido como propósito fortalecer la capacidad de movilización de las organizaciones opositoras nicaragüenses en función de acompañar las campañas mediáticas que se generarán y otras acciones de movilización que así lo ameriten de acuerdo a sus intereses.

 – Civil Society Grants Program

Fue ejecutado por la ONG local Ética y Transparencia  en el período de 2013-2017 con un monto de 1 980 000.00 USD. El programa estuvo dirigido a capacitar y reactivar  a organizaciones opositoras para demandar la realización de reformas constitucionales y organizar acciones mediáticas con la finalidad de desprestigiar los procesos electorales, así como denunciar supuestos casos de corrupción cometidos por parte de instituciones del gobierno.

 – Programa de Fortalecimiento de los Medios de Comunicación

Este programa está siendo ejecutado por la  Fundación Violeta Barrios de Chamorro bajo el acuerdo de cooperación No. 524-A-14-00001 por la suma de 1 600 000.00 USD durante el período 2014-2017, incorporándosele posteriormente un monto de 930 000.00 USD para un total inicial de 2 530 000.00 USD.

El programa estuvo dirigido en esta primera etapa a socavar la imagen del gobierno de Nicaragua de cara al proceso electoral presidencial del 2016, a través de la capacitación y financiamiento de los medios de comunicación independientes.

Posteriormente en 2017 la oficina de la USAID/Nicaragua decidió extender el programa hasta el 2020, agregando un fondo de 3 700 000.00 USD, de cara al proceso electoral del 2021, reajustado después del estallido del golpe en abril a la demanda de un adelanto de elecciones.

 – Local Governance Program

Es ejecutado por la ONG norteamericana Global Communities durante el período 2016-2018, con un monto inicial de 25 999 763.00 USD, agregándosele en 2016 un incremento de 2 950 000.00 $ USD para un total de 28 949 763.00 USD.

Estuvo dirigido a desgastar al gobierno generando una presión política desde los municipios. Las actividades del programa estuvieron centradas en promover la desobediencia civil e inestabilidad en las entidades administrativas gobernadas por el Frente Sandinista, utilizando a los empresarios locales vinculados a la oposición como agentes de cambio social.

– Democratic  Leadership Development  Program (DLDP)

 Ejecutado por el NDI bajo el acuerdo de cooperación No. 524-A00-10-00003-00 durante  el período 2016-2018, con un monto inicial de 18 000 000.00 $ USD y en el 2016 recibió un incremento de 1 655 022.00 $ USD, totalizando 19 655 022.00 $ USD.

Es uno de los programas más importantes  de la USAID en el país y su propósito fue crear una masa de jóvenes críticos al gobierno sandinista que sirvieran como agentes de cambio para que a mediano y largo plazo asumieran el relevo generacional de la oposición tradicional, tomando en cuenta el desgaste natural de esta última.

 – Promotion of Economical and Social Development in Nicaragua

 El programa fue ejecutado por la ONG local Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (FUNIDES) bajo el acuerdo de cooperación  No 524-A-11-00001 en el período 2011-2016, con un monto total de 2 491 011.00 USD

Su propósito inicial fue fortalecer la imagen internacional de esta ONG nicaragüense, creada además por la propia USAID para darle una credibilidad pública  en el sector económico y financiero nacional e internacional, en particular a su director Juan Sebastian Chamorro. Esto permitiría utilizarla, en el mediano y largo plazo, como punta de lanza contra la política económica del gobierno, generando un estado de opinión desfavorable a través del trabajo académico que realizan.

Con un rotundo rechazo a las actitudes injerencistas contra Venezuela, el Frente Amplio de Uruguay sancionó al Secretario General de la OEA, Luis Almagro.

El Frente Amplio de Uruguay (FA) sancionó al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro por apoyar una posible intervención militar en Venezuela.
El Tribunal de Conducta Política (TCP) del partido político uruguayo concluyó que las declaraciones de Luis Almagro podrían ser consideradas como una violación a los principios del Frente Amplio.
De acuerdo al TCP “no existe impedimento para que el Frente Amplio se pronuncie sobre la conducta de Luis Almagro y su relación con las normas y principios que el Frente sustenta”.
El 15 de septiembre pasado, el secretario general de la OEA se refirió a la situación política de Venezuela y declaró: “En cuanto a intervención militar para derrocar al régimen de Nicolás Maduro, creo que no debemos descartar ninguna opción”.
Según el tribunal, “es inequívoca la incompatibilidad absoluta de esa postura con los principios que sustenta el Frente Amplio en materia de derecho internacional y defensa del principio de no intervención como pilar indispensable del régimen interamericano. La preservación de este principio en toda circunstancia es vital, cualquiera que sea la visión que se tenga sobre la situación interna de un país”.
El tribunal explicó que las opiniones de Almagro sobre el derrocamiento de un gobierno latinoamericano por medio de la fuerza militar son violatorias del principio enunciado en el artículo 2-B de la Carta de la OEA y recordó la historia de las intervenciones militares de EEUU en la región.
En abril de 2017, ante las solicitudes de expulsar a Almagro del FA, el TCP había concluido que la “particularidad excepcional” del régimen jurídico de la OEA “impedía” al FA analizar su conducta.
Redacción Lechuguinos