El odio alimenta la irracionalidad



por Magda Lanuza


El día de ayer, un amigo mío del primer mundo me envió la foto del presidente actual de Nicaragua, la vicepresidenta y el presidente actual de Honduras. ¿Cuál era el objetivo? Alimentar, según él, el rechazo, el desprecio y, porqué no, el odio.

En Nicaragua hace años que empezaron a circular a cienes los memes, las caricaturas y los dibujos con epitetos, mentiras y ofensas al presidente y la vicepresidenta. La generación que vive alimentada, enajenada y seudo educada por esos medios reía y se creía todo. A la par había otra ola de mentiras. Aquí algunas de las que yo me enteré entre mis idas y regresos a ese país desde 2003: la Chayo compró y es dueña de todas las gasolineras UNO, el hotel SEMINOLE de Managua es de la familia Ortega Murillo, los Supermercados Palí son de Ortega etc.etc.etc. PERO nadie se encargó de desmentir cada mentira. Parecía que en Nicaragua los Ortega Murillo tenían una especie de lámpara de Aladino. Triste porque las mentiras fueron sin fin. NADIE aclaró que la familia multimillonaria Naser de Honduras se había comprado todas las gasolineras UNO de Centro América. Los supermercados Palí llegaron de Costa Rica a Nicaragua y ya en 2006, Walmart de Estados Unidos había comprado casi todos los Supermercados de toda Centro América. En Estados Unidos en Seatle están los indígenas SEMINOLES una de las tribus más millonarias y con inversiones en su país y más allá de sus fronteras como la pobre Managua.
Nadie desmintió nada nunca.

En el imaginario han quedado las imágenes, las mentiras y las ofensas que han alimentando el odio, el irrespeto y, porqué no, la pérdida de la razón. Ahí han quedado también muchos seudo izquierdistas y hasta llamados Sandinistas. Han creído y repetido cada falacia.

A pesar de vivir en un país donde las pandillas han atemorizado, han manejado y diezmado poblaciones; siento que se vive paz acá. No imagino lo que es levantarse e ir al trabajo y no poder pasar porque te lo impidan, que veas en llamas edificios públicos, vehículos en llamas, calles destrozados y monumentos quebrados. Sólo me trae a la memoria Siria.

Pero no puedo sentir odio. Siento impotencia. Vengo de esa generación donde me enseñaron el respeto, a ser tolerante y a saber esperar. No puedo sentir odio por ellos. Ellos están mal con ellos mismos desde 1990 cuando perdieron sus privilegios como ,ministros, diputados, embajadores y más. Nunca aceptaron y culparon a los otros, a los que se quedarían solos. Todos estos años a quienes vivieron la gloria de la fama de una izquierda intelectual que acomodada una parte del mundo izquierdo aún les venera.

Pero qué sería si hoy los sandinistas salieran a quemar. Pero nunca los sandinistas haremos eso pues no odiamos a nadie. Ellos han celebrado cada casa sandinista quemada, cada local saqueado, cada carretera destruida. Son sus medallas.

Pero nunca más las cosas serán igual en Nicaragua después del golpe suave financiado, sostenido, alimentando con odio y resentimiento y planificado. La Iglesia católica ahora teme porque su papel ha estado lejos de lo que se esperaba. Hay líderes que han dado esperanza y han aplacado tragedias. Unos han pedido que se vaya Daniel Ortega, ¿se olvidan que la Iglesia tiene 8 siglos de no cambiar nada en la ceremonia de la misa? ¿Se olvidan que hay vídeos de sus voces clamando por sacar a un Presidente electo y que los laicos ya pueden escribirle directamente al santo padre como ha ocurrido en Chile?

Cosechamos lo que se siembra. Si están sembrando destrucción, luto y dolor, eso tendrán quieren pregonan la violencia en Nicaragua. Un país en ruinas.

San Salvador, El Salvador

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