CENIDH y ANPDH hacen las cuentas de la lechera con los muertos en Nicaragua


por RESISTENCIA 2.0 –

Como si se tratara de una competencia para ver quién cuenta más y quién lo hace primero, el CENIDH de la Vilma Núñez y la ANPDH de Álvaro Leiva, se han especializado en contabilizar muertos en Nicaragua.

Para estos incivilizados, este es el negocio que está de moda en Nicaragua, porque en cada marcha de la oposición ven la oportunidad para inflar los informes y a cuenta de ello recibir generosas comisiones provenientes de fuentes oscuras.

Los autoconvocados hacen el trabajo sucio, engañan a la población para participar en manifestaciones que se vuelven violentas cuando montan auto ataques.

Eso ocurrió el pasado 30 de junio, cuando en una marcha opositora los cabecillas de la organización terrorista robaron armas y dispararon contra la población.

Seguidamente la ANPDH, reportó un muerto y varios heridos. Pero un video circulado en redes sociales, es la evidencia más contundente de que el ataque fue planeado por los mismos opositores. Lo mismo sucedió en cada manifestación y en los auto ataques que se hicieron en los recintos universitarios.

En la carrera por ver quién lleva más muertos, los informes no cuadran, ni en la cifra total, ni en otros pormenores. Pero eso no importa cuando el objetivo es desestabilizar al gobierno y en el camino llenarse los bolsillos de dinero mal habido.

Al primero de julio, el CENIDH contabiliza 235 fallecidos; mientras que la ANPDH anunció con bombos y platillos que hasta el 3 de julio son 309 muertos.

A través de los medios de comunicación que han manipulado y desinformado a la población, los diferentes grupos que supuestamente defienden los derechos humanos están enfocados en capitalizar a los muertos, esto es, no dejarlos descansar en paz sino más bien utilizarlos para lograr el objetivo principal de forzar una salida inconstitucional de la crisis generada por ellos mismos.

En las calles la realidad es otra. Sus movilizaciones tienen menos gente, sus tranques están desapareciendo y los llamado al caos tienen cada vez menos eco. El clamor hoy es el de volver a la normalidad lo más pronto posible.

La población impactada por los exagerados niveles de violencia y crueldad, imposibilitada de movilizarse para trabajar y cansada de la descarada manipulación mediática, está dándole la espalda a la oposición en su intento fallido para llegar al poder por medio de una revuelta violenta.

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