por RESISTENCIA 2.0 -
El sociólogo y
politólogo argentino, Atilio A. Boron, actualmente uno de los más relevantes
pensadores latinoamericanos sobre geopolítica mundial, formuló una metáfora
ingeniosa sobre la actual situación de la revolución sandinista, y analizó el oscuro trasfondo geopolítico y el interés de Estados Unidos al financiar un golpe de
Estado en Nicaragua.
Boron atina que en la
difícil coyuntura actual en Nicaragua se ha precipitado un verdadero aluvión de
críticas. Y asegura que la derecha imperial y sus epígonos en América Latina y
el Caribe redoblaron su ofensiva con un único y excluyente objetivo: crear el
clima de opinión que permitiera derrocar sin protestas internacionales al gobierno
del Presidente Daniel Ortega, elegido hace menos de dos años (noviembre del
2016) con el 72 por ciento de los sufragios.
En este sentido,
explicó que esto era previsible; pero lo que no lo era fue que en esa
arremetida participaran con singular entusiasmo algunos políticos e
intelectuales progresistas y de izquierda que unieron sus voces a la de los
lenguaraces del imperio.
“Un notable
revolucionario chileno, Manuel Cabieses Donoso, de cuya amistad me honro,
escribió en su flamígera crítica al gobierno sandinista que “la reacción
internacional, el ‘sicario’ general de la OEA, los medios de desinformación, el
empresariado y la Iglesia Católica se han adueñado de la crisis social y
política que gatillaron los errores del gobierno. Los reaccionarios se han
montado en la ola de la protesta.”, explicó el escritor.
Desde su artículo “Nicaragua,
la revolución y la niña en el bote”, el filósofo argentino refiere que la
derecha vernácula y sus amos extranjeros se adueñaron de la crisis social y
política en Nicaragua, dato éste de trascendental importancia que no puede ser
soslayado o subestimado.
Boron se hace la
siguiente pregunta, si ¿Alguien en su sano juicio puede suponer que la
destitución del gobierno de Daniel Ortega instauraría en Nicaragua una
democracia escandinava?
Sobre lo planteado,
explica que una debilidad común a todos los críticos es que en ningún momento
hacen alusión al marco geopolítico en el que se desenvuelve la crisis en
Nicaragua.
“¿Cómo olvidar que
México y Centroamérica es una región de principalísima importancia estratégica
para la doctrina de seguridad nacional de Estados Unidos? Toda la historia del
siglo veinte está marcada por esta obsesiva preocupación de Washington para
someter al rebelde pueblo nicaragüense. A cualquier precio. Si para ello fue
necesario instaurar la sangrienta dictadura de Anastasio Somoza a la Casa
Blanca no le tembló el pulso y actuó en consecuencia”, dijo.
El filósofo recuerda
que esta acción fue criticada por algunos representantes Demócratas en el
Congreso de Estados Unidos por el respaldo que Franklin D. Roosevelt le
otorgaba al dictador Somoza, éste se limitó a responder que “sí, es un hijo de puta
pero es NUESTRO hijo de puta.” Y las cosas no cambiaron desde entonces.
“Cuando el 19 de
Julio de 1979 el Frente Sandinista derrotó al régimen somocista, el
presidente Ronald Reagan no titubeó un minuto en organizar una operación
mafiosa de tráfico ilegal de drogas y armas a los efectos de poder financiar,
más allá de lo que autorizaba el Congreso de Estados Unidos, a la “contra”
nicaragüense. Se conoció todo esto bajo el nombre de “Operación Irán-Contras”,
rememoró.
Atilio A. Boron, se
pregunta hoy si podemos ser tan ingenuos para obviar estos antecedentes, o
para pensar que esas políticas intervencionistas y criminales son cosas del
pasado?
“Un
país, además, que en tiempos recientes ha planeado la construcción de un
canal interoceánico –financiado por capitales chinos-que competiría con el de
Panamá, controlado de hecho, si no de derecho, por Estados Unidos. Estos no
son datos anecdóticos sino de fondo, indispensables para calibrar con precisión
el marco geopolítico en que se desenvuelven los trágicos acontecimientos de
Nicaragua”, atinó.
Para Boron se
trasladó buena parte de los mercenarios que protagonizaron las “guarimbas” en
Venezuela a Nicaragua, y están aplicando ahora en Nicaragua la misma receta de
violencia y muerte que se enseña en los manuales de la CIA. Lo que ve como conclusión,
que la caída del sandinismo iba a debilitar el entorno geopolítico de la
brutalmente agredida Venezuela, y aumentaría las chances para la generalización
de la violencia en toda la región.
Valiéndose de la non fiction, el analista político, refiere
que estando recientemente en el Foro de Sao Paulo, que tuvo lugar en La Habana,
pudo deleitarse en la contemplación del Caribe. Donde divisó a lo lejos un
frágil botecito. Lo manejaba un robusto marinero y, en el otro extremo se
encontraba una joven muchachita. El timonel parecía confundido y se esforzaba
para mantener el rumbo en medio de una amenazante marejada.
“Se me ocurrió pensar
que esa imagen podía representar con elocuencia al proceso revolucionario, y no
sólo en Nicaragua sino también en Venezuela, Bolivia, donde sea. La revolución
es como aquella niña, y el timonel es el gobierno revolucionario. Este se puede
equivocar, porque no hay obra humana a salvo del error; y cometer errores que
lo dejen a merced del oleaje y pongan en peligro la vida de la niña”, narró.
Y continuando con su
parangón, dijo que para colmo, no muy lejos se dibujaba la ominosa silueta de
una nave de guerra de Estados Unidos, cargada de armas letales, escuadrones de
la muerte y soldados mercenarios.
“¿Cómo salvar a la
niña? ¿Botando el timonel al mar y dejando que se hunda el bote, y con él la
niña? ¿Entregándola a la turba de criminales que se agolpan, sedientos de
sangre y prestos para saquear el país, robarle sus recursos y violar y luego
matar a la jovencita?”, se pregunta el Premio Internacional José Martí (Unesco,
2009).
Boron ve que estas
interrogantes conlleven a una solución. Y asegura que más productivo sería que
algunos de los otros botes que se encuentren en la zona se acerquen al que está
en peligro y hagan que el desastrado timonel enderece el rumbo. Y asegura que hundir
al que lleva a la niña de la revolución, o entregarla al navío norteamericano
difícilmente podrían ser consideradas soluciones revolucionarias.
Aquí los sandinistas con el intento de golpe de Estado, hemos visto cómo se quitaron la máscara de revolucionarios muchos oportunistas. Ya los conocernos. Estaban ahí y no los idenficabamos, pero ahora sí. Sabemos quiénes somos los que defendemos la Revolución Sandinista. Situación parecida en América Latina. Intelectuales "de izquierda " condenaron a nuestro gobierno sandinista. Incluso un expresidente del Uruguay le dijo al comandante Daniel Ortega " era de irse ". Qué ridículo, estos intelectuales " de izquierda ". Por supuesto no todos. Investigadores norteamericanos divulgarron resultados de su investigación y todo apunta a los EE UU, como los planificadores y financistas del golpe de Estado. Pero están derrotados estratégicamente. El presidente Daniel Ortega, la militancia sandinista y el pueblo los derrotó. Ahora el pueblo exige justicia y hay que cumplir con la ley.
ResponderEliminar