por Granma
El secretario de
Relaciones Internaciones del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN),
Jacinto Suárez, ratificó en La Habana la voluntad invariable del gobierno
nicaragüense de preservar la paz en esa nación.
Según informa Prensa Latina, Suárez rechazó la ola de violencia desatada en el país centroamericano desde abril último, e insistió en el cese de la criminalidad, alentada -afirmó- por manipulaciones políticas de la derecha.
El dirigente nicaragüense, quien participará como delegado al XXIV Foro de Sao Paulo en esta capital, ratificó el llamado al diálogo como vía para devolver la paz a los connacionales, y lamentó los actos vandálicos de grupos calificados de terroristas que tienen por objetivo sembrar el caos y el terror en el país.
«La destrucción que han causado no se repone fácilmente y la pérdida de vidas humanas es irreparable. Es necesario acudir a vías pacíficas», aseveró tras recordar los logros alcanzados los últimos 10 años en aspectos como la economía, la salud, la educación y el combate a la pobreza.
El también presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales e Integración de la Asamblea Nacional de Nicaragua, advirtió que las acciones desestabilizadoras de los últimos tres meses responden a un golpe suave orquestado desde el exterior, similar al aplicado en Venezuela, que busca la renuncia del presidente, Daniel Ortega, y la intervención extranjera.
Además, explicó que los estudiantes que participaron en los primeros disturbios fueron manipulados por la derecha, y aseguró que los promotores de tales acciones no son activistas políticos, sino delincuentes.
Suárez, quien se incorporó a la lucha del FSLN en su adolescencia, también se refirió a lo ocurrido el lunes en el departamento de Carazo, donde pobladores denunciaron la complicidad entre la Iglesia católica y grupos delincuenciales, durante una visita de la Conferencia Episcopal a la Basílica Menor de San Sebastián en el municipio de Diriamba.
Sobre ese particular, precisó que los ciudadanos repudiaron la presunta utilización de los templos como guarida de delincuentes, centros de torturas y almacenamiento de armas.
De igual modo, criticó la parcialidad de la Conferencia en el diálogo nacional entre el representante del Ejecutivo y sectores opositores.
La escalada de violencia estalló el 18 de abril contra reformas del Gobierno al seguro social, que aunque derogadas posteriormente no detuvieron las protestas, a las cuales se sumaron otras demandas políticas.
Tales reformas,
acorde con denuncias, sirvieron de pretexto para poner en marcha un plan
dirigido a desestabilizar la nación y provocar el derrocamiento del gobierno
sandinista, que reitera su compromiso con la defensa de la paz, la seguridad y
el derecho a la vida de todos los ciudadanos.
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