por RESISTENCIA 2.0 –

En declaraciones al diario La Nación, de Costa Rica, el futbolista de origen costarricense Johan Bonilla, destacó que tras dos meses y medios de violencia, el clima de tranquilidad y normalización se están instalando nuevamente en Nicaragua.

“Johan Bonilla tiene 22 años, fue formado en las divisiones menores del Saprissa, además jugó con Belén, entre otros clubes. Hace un año estuvo en el fútbol de Nicaragua y ahora decidió regresar al balompié pinolero; no se dejó intimidar por la situación convulsa que vive el vecino país y aceptó el reto de reforzar al Wálter Ferreti”
, informa el reportaje de La Nación.

“El Ferreti es un equipo de la Policía que está ubicado en Managua, por dicha acá en la capital la Policía tiene controlado todo y ya se vive más tranquilo. Desde que yo llegué, que no fue hace mucho, no he visto muchos problemas, siento que la gente no salía de la casa por precaución, pero ahora ya todo está más tranquilo, siento que lo más difícil ya pasó”, explicó el futbolista.

Bonilla relató a La Nación que solo le tocó ver dos manifestaciones y aseguró que fueron tranquilas.

“Como estuve el año pasado, se habla muy bien de este club. Yo no relaciono el fútbol con lo que pasa fuera del campo. Yo vengo acá a jugar, lo extra fútbol lo solucionan otros. Uno no puede dar el 100 si está con miedo, muchas veces la gente habla, pero estar aquí es como estar allá. La situación fue complicada, pero por dicha ya se calmó”, profundizó.


La Nación informó que Costa Rica pasó de tener cuatro legionarios a solo uno en Nicaragua; así también sucedió con brasileños, colombianos y otros foráneos. La explicación es que la crisis social que vive el vecino país ahuyentó a los futbolistas de otras nacionalidades.

El agente de jugadores nicaragüense, Carlos Fariñas, quien llevó a Johan Bonilla al Water Ferreti y a otros ticos en el pasado al balompié pinolero, confesó que si bien la situación de hace dos meses era complicada, “ahora mismo tenemos mucha seguridad nuevamente y ya los jugadores están volviendo a interesarse”.

De momento la crisis golpeó hasta el fútbol de Nicaragua que intenta levantarse como el resto del país, reseñó La Nación.



por RESISTENCIA 2.0 (GEOPOLÍTICA) -
  
El sociólogo y politólogo argentino, Atilio A. Boron, actualmente uno de los más relevantes pensadores latinoamericanos sobre geopolítica mundial, publicó recientemente un artículo titulado “Sandinismo e imperio: la batalla decisiva”, en el que explica que Estados Unidos ha financiado el Golpe de Estado en Nicaragua (o revolución de colores) ante el temor que China construya un Canal Interoceánico en esta zona estratégica centroamericana, y cuyo proyecto ya estaba en curso de ser una realidad. 

Para Boron nadie en su sano juicio, o actuando de buena fe, puede ignorar que la crisis en Nicaragua fue precipitada por múltiples factores. Varios de ellos endógenos; otro, exógeno pero crucial: el gobierno de Estados Unidos. Tras el humo, la sangre y la confusión de las “trancas” y los enfrentamientos se mueve, sigilosa pero eficazmente, quien sin dudas es el principal actor de esta tragedia: la Casa Blanca.

El analista explica que en efecto, Washington se encuentra poseído por una irrefrenable ambición de someter al país centroamericano a sus designios, rubricando las numerosas iniciativas que desde mediados del siglo diecinueve y a lo largo de casi doscientos años tuvieron como único objetivo controlar el territorio nicaragüense. Vale recordar entre otras el accionar del aventurero yanqui William Walker que invadió Nicaragua con un ejército mercenario y se proclamó presidente en 1856; o la ocupación del país por parte de las fuerzas armadas de Estados Unidos entre 1912 y 1933, contra la cual luchó con simpar heroísmo y honor Augusto César Sandino

"Negaría la evidencia histórica y los datos del momento quien desconociera o subestimara la importancia de la intervención estadounidense en la crisis actual. Sobre todo cuando se observa que la metodología de la insurgencia, el “guión” que organiza sus tácticas e instrumentos de combate y el carácter de sus principales actores replican lo que enseñan los manuales de desestabilización de las diversas agencias de la “comunidad de inteligencia” de Estados Unidos. No sólo eso: las violentas protestas de la oposición nicaragüense tienen un indudable “aire de familia” con las “guarimbas” en Venezuela en 2014 y 2017, la revuelta de los “combatientes de la libertad” contra Gadafi en Libia en 2011 y el accionar de las bandas neonazis en Ucrania en 2013. Al revés de lo que dicen los films de Hollywood, cualquier semejanza con la realidad no es mera coincidencia porque se trata de la misma estrategia sólo que aplicada en diferentes locaciones", expresó.

Boron refirió que al examinar las causas domésticas de la crisis observamos una situación paradojal: sin previo aviso se produjo el súbito deterioro de la situación política en un país cuyo ordenamiento social se comparaba ventajosamente con el de sus vecinos. A diferencia de casi todos los demás países del área el flagelo de las “maras” era desconocido en Nicaragua; la seguridad ciudadana era de las mejores de Latinoamérica y muy superior a la del resto de los países del istmo. En Nuestra América se encuentran los diez países con las mayores tasas de homicidio por 100.000 habitantes del mundo. Honduras, gobernada a control remoto desde 2009 por Washington ostenta el lúgubre honor de tener la mayor de todas: 85.7 homicidios por cada 100.000 habitantes. Le siguen El Salvador (63,2), Venezuela (51,7), Colombia (48,8), Belice (37,2), Guatemala (36,2), Jamaica (35,2), Trinidad y Tobago (32,8), Brasil (30,5) y República Dominicana (30,2). En el año 2017 la tasa nicaragüense llegó a 6 por 100.000, unas pocas décimas por encima de la Argentina que registró una del 5.2 y Estados Unidos con 4.9. En 2013, el índice de seguridad ciudadana –el “Índice de Ley y Orden de 2013" medido por la firma Gallup- caracterizó a Nicaragua como el país más seguro de Latinoamérica.

Otros indicadores sociales muestran un desempeño similar: en años recientes el siempre difícil combate a la pobreza arrojaba en Nicaragua resultados módicamente alentadores, poco frecuentes en la región si se tiene en cuenta que durante mucho tiempo este país fue, después de Haití, el más pobre del hemisferio. Pese a ello, cálculos del Banco Mundial, actualizados a Abril del 2018, aseguran que “entre el 2014 y 2016 la pobreza disminuyó del 29.6 al 24.9 por ciento” al paso que en los últimos años la tasa media de crecimiento del PBI oscilaba en torno al 4 %. Textualmente se dice que “(E)n 2011, el crecimiento alcanzó un récord del 5.1 por ciento, con una desaceleración al 4.7 y 4.5 en 2016 y 2017, respectivamente. Para este año, el pronóstico se sitúa en 4.4 por ciento, con lo que Nicaragua se coloca en el segundo lugar de crecimiento entre los países de Centroamérica, con perspectivas favorables para la inversión extranjera directa y el comercio.” [2] Según datos del Banco Centroamericano de Integración Económica el déficit fiscal de Nicaragua en el año 2017 fue del 2.5 %. En la Argentina en ese mismo año fue del 3.9 %.[3] En el terreno político en Noviembre del 2016 el actual presidente fue elegido por un 72 % de los votos, y si bien hubo algunas denuncias de fraude, poderosamente amplificadas por la cloaca mediática regional, ninguna adquirió la entidad suficiente como para seriamente impugnar el proceso electoral.
        
“Dados estos antecedentes, ¿cómo fue que se produjo el fulminante estallido de una crisis que hoy nos asombra y entristece?, se pregunta el escritor argentino.

En este sentido, expone que el presidente Ortega hizo el sorpresivo anuncio de la reforma a la Seguridad Social el 18 de Abril y cuatro días después, ante la contundencia y masividad del rechazo popular, procedió a revocarla. En circunstancias normales esto debería haber desactivado la bomba de tiempo que con su tic-tac resonaba en las calles de Managua. Pero los países de América Latina y el Caribe (y Nicaragua no es la excepción) no son “países normales” sino batalladores sobrevivientes en la periferia de un imperio que anhela su completa y definitiva subordinación. Precisamente a causa de esa “anormalidad” latinoamericana la violenta agitación callejera lejos de aplacarse con la marcha atrás ordenada por el gobierno se intensificó y extendió a otras ciudades del país. En cuestión de días una demanda puntual precipitó la rápida conformación de un amplio y sedicioso frente opositor reclamando la renuncia del presidente y el llamado a nuevas elecciones. ¿Cómo explicar tan perniciosa mutación?

 “Para responder a esta pregunta es preciso examinar el decisivo papel del gobierno de Estados Unidos como amplificador e interesado beneficiario de la crisis. Tal como dijimos anteriormente Washington alberga una añeja obsesión con Nicaragua. Un elemento clave que ha perturbado hasta la actualidad el sueño de la dirigencia estadounidense ha sido, en el siglo diecinueve, su interés por la eventual construcción de un paso bioceánico a través de Nicaragua y el temor de que tal obra fuese encarada por una potencia europea, Francia, que tenía planeado abrir una ruta transoceánica en Panamá.  Frustrada esa iniciativa francesa y vez construido el Canal de Panamá por los estadounidenses la prioridad fue impedir la creación de una vía alternativa que compitiese con la panameña, controlada directa o indirectamente por Estados Unidos", refiere.  

Al respecto dijo que esa preocupación, que se mantuvo latente a lo largo del siglo veinte, se acrecentó hasta el paroxismo en fechas recientes ante los anuncios de un acuerdo para la apertura de un nuevo canal pasando por Nicaragua y, además, financiado por capitales chinos. Si Beijing conmovió el tablero geopolítico y geoeconómico mundial con la vertiginosa reconstrucción de la “ruta de la seda” que -trece mil kilómetros de vías férreas de alta velocidad mediante- atrae inexorablemente al Asia meridional y a toda Europa a su hegemonía económica, la construcción y posterior control de un nuevo y más expedito canal en Nicaragua alteraría radicalmente el equilibrio estratégico nada menos que en el Caribe, la tercera frontera imperial como decía el profesor Juan Bosch, y como lo ratifican los manuales del Pentágono al hablar del Caribe como el “Mare Nostrum” de los norteamericanos. Sería, además, el tiro de gracia para la Doctrina Monroe y su pretensión de que en este continente sólo se oiga la voz de Estados Unidos y que ninguna potencia extracontinental se inmiscuya en los asuntos hemisféricos. 

"La presencia china en Centroamérica y el Caribe constituiría para Beijing un poderoso argumento para neutralizar -o tratar de equiparar- la presencia de Washington en el Asia Pacífico, hacia donde, desde la época de Barack Obama, Estados Unidos ha desplazado gran parte de su flota de mar con la indisimulada intención de contener la expansión comercial y política china. Para el Pentágono, y sobre todo para la Administración Trump, que hizo de Rusia y China sus enemigos, nada podría ser más amenazante que la presencia de los herederos de Mao en el área del Gran Caribe y que eventualmente podría convertir a la tierra de Sandino en una base de operaciones no sólo comerciales sino también de índole militar. De ahí que el protagonismo estadounidense en la crisis nicaragüense no tenga nada de anómalo o inesperado. Es la previsible respuesta a un desafío militar, y no sólo económico, de vastas proporciones ante los cuales sería absurdo pensar que el imperio permanecería de brazos cruzados”, atinó.

        Por otra parte, explica que a pesar que el gobierno sandinista parece haber archivado sus afanes revolucionarios, el sólo hecho de que mantenga relaciones de cooperación con países como Cuba, Venezuela y, en general, con los gobiernos del ALBA, es para Washington motivo más que suficiente para provocar un “cambio de régimen”, eufemismo para evitar hablar de golpes de estado y el subsecuente baño de sangre con que se escarmienta a los rebeldes del viejo orden. Es debido a ello que la Casa Blanca ha tratado, por todos los medios y sin pausas, de incidir en el proceso político nicaragüense y debilitar al gobierno de Daniel Ortega  financiando con largueza a los partidos de la oposición, a un variopinto enjambre de ONGs –la mayoría de ellas non sanctas, encubiertos tentáculos del gobierno estadounidense- así como a numerosas organizaciones de la sociedad civil y a la prensa opositora, procurando por todos los medios desacreditar al gobierno sandinista y estigmatizar a la pareja gobernante. Esta intensa campaña de propaganda tiene por objeto denunciar a Managua como el asiento de una brutal dictadura y preparar el clima de opinión para convalidar su violenta erradicación mediante una “invasión humanitaria” coordinada por el Comando Sur con la complicidad, entre otros, de los gobiernos que constituyen no el Grupo sino el “Cartel de Lima.”



por RESISTENCIA 2.0 -


En la trama para desarrollar un golpe de estado en Nicaragua,  las organizaciones de derechos humanos, asumieron la función principal de manipular las cifras de muertos durante la campaña de violencia desatada por el terrorismo de la oposición.

“Un estudio detallado de la cifra de muertos que se ha registrado en Nicaragua desde una campaña violenta para destituir al presidente Daniel Ortega y su gobierno sandinista muestra que al menos tantos simpatizantes sandinistas fueron asesinados como miembros de la oposición”, infirmó el periodista Max Blumenthal.

El estudio que refiere Blumenthal se titula "Monopolizando la muerte", y fue preparado por el investigador independiente nicaragüense Enrique Hendrix.

En el estudio se demuestra cómo las ONG locales partidistas combinaron todas las muertes ocurridas desde abril, incluidos los accidentes y los asesinatos de sandinistas, con asesinatos por parte de las fuerzas gubernamentales.

Blumenthal señala que a partir de esa estrategia “Washington se ha aprovechado del recuento de muertes falsas para impulsar el caso de sanciones e intensificar la presión para un cambio de régimen”.

El estudio sobre cómo se ha instrumentalizado la muerte para presionar la salida inmediata del presidente Daniel o elecciones anticipadas es  "evidencia de una campaña que, en ausencia de una causa justa, utiliza la muerte de cada ciudadano como un motivo para manipular las emociones de la población con el fin para contraponer al gobierno contra la gente", explica el periodista estadounidense.

Hendrix me contó que inició su estudio, Monopolizando la muerte, dos semanas después de que comenzaran las protestas antisandinistas, dice Blumenthal.

"Todos los canales de la oposición comenzaron a reclamar que todas estas muertes estaban teniendo lugar [a manos de las fuerzas gubernamentales], y yo estaba teniendo muchas incertidumbres", dijo.  "Así que comencé a investigar las listas de las organizaciones de derechos humanos y realmente traté de averiguar si estos recuentos de muertes consistían solo en estudiantes, como informaban los medios de la oposición", señaló Hendrix.

CENIDH y ANPDH  a favor del cambio de régimen

Según el estudio de Hendrix, estas fueron las principales organizaciones  en las que el Congreso, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y organizaciones internacionales de poder blando como Human Rights Watch han confiado en su comprensión de la violencia que se ha apoderado de Nicaragua.

“Mientras estuve en Nicaragua, aprendí cómo miembros de CENIDH y ANPDH participaron activamente en la campaña para eliminar al gobierno sandinista. Por ejemplo, tres estudiantes de la universidad pública UNAN me dijeron que el asesor jurídico del CENIDH, Gonzalo Carrión, estaba presente con estudiantes y militantes de la oposición cuando tomaron el campus y que Carrión era incluso un espectador de su violencia”, relata Blumenthal.

Asimismo, recuerda que la ANPDH fue fundada en Miami, la verdadera base de la oposición derechista de Nicaragua, “y fue financiada en los años 80 por el National Endowment for Democracy del gobierno de los Estados Unidos para pintar a los Contras como víctimas de la brutalidad comunista. Hoy, el grupo sigue siendo un arma política de elección contra el movimiento sandinista”.

Haciendo las cuentas de la muerte para venderlas al mundo

El investigador descubrió que los tres principales grupos autoproclamados de derechos humanos en Nicaragua habían eliminado los contextos de las muertes que registraron para confundir todas las muertes no naturales que ocurrieron en todo el país entre el 19 de abril y el 25 de junio con asesinatos de las fuerzas progubernamentales nicaragüenses.

Hendrix encontró que siete categorías de muertes se incluyeron en los informes de derechos humanos. Todas las categorías, excepto una, no guardaban ninguna relación con la violencia gubernamental.

Según Hendrix, los informes del CENIDH, CIDH y ANPDH fueron rellenados con la muerte de "víctimas de accidentes de tráfico, altercados entre pandillas, asesinatos por robo, asesinatos accidentales de armas de fuego y, lo que es más absurdo, suicidios".

Además, detalla que en el informe de la CIDH se incluyen nueve nombres duplicados, mientras que las tres organizaciones registraron sus informes con 97 muertes que no estaban relacionadas con las protestas. Las causas de 77 muertes registradas en los tres informes permanecen desconocidas.

De ONG antisandinistas a organismos internacionales, sin escrutinio en el medio

Aunque el gobierno nicaragüense nombró su propia comisión compuesta por expertos independientes para investigar las muertes ocurridas desde abril, la CIDH se ha negado a aceptar datos de la investigación oficial nicaragüense, confiando en cambio en la CIDH.

“Esto significa que el principal organismo internacional responsable de sacar conclusiones sobre la violencia en Nicaragua se ha basado en gran medida en una ONG partidaria con una inclinación decididamente antisandinista y no ha hecho ningún trabajo independiente”, sostiene Blumenthal.

“Mientras tanto, en Washington, los miembros del Congreso como Ros-Lehtinen no solo han confiado en la defectuosa narrativa de la oposición, sino que han exagerado el número de muertos para impulsar el caso de un ataque más profundo contra la economía nicaragüense”, valoró el experimentado periodista.

por RESISTENCIA 2.0 –

La empresa privada estadounidense especializada en servicios de inteligencia y espionaje, Stratfor, advirtió en un análisis sobre la situación de Nicaragua, que las manifestaciones violentas utilizadas por la oposición para pedir la renuncia del Presidente Daniel Ortega, podrían extenderse en la región centroamericana en contra de otros mandatarios y gobiernos.

“Los opositores de los gobiernos en otras partes de América Central podrían sentirse inspirados para montar sus propios levantamientos o revitalizar sus propias protestas”, valoró el análisis de Stratfor.

En efecto, los analistas opinaron que la situación de inestabilidad creada en Nicaragua pronto tendría repercusiones en Centroamérica, y el fenómeno se instalaría en países como Honduras y Guatemala “que pronto podrían sentir la ira de sus propios disidentes”.

Aunque en otro análisis, Stratfor observó que luego de tres meses de los disturbios que comenzaron a convulsionar al país, el gobierno nicaragüense restableció lentamente el control;  las primeras señales de que las protestas contra los gobiernos se extendieron en la región, incluso más allá de Centroamérica, pasaron de los análisis a la realidad en países como Honduras, Panamá, Colombia y Argentina.

por John Perry -

(RESISTENCIA 2.0) 

Desde la ciudad de Masaya, el escritor y periodista independiente John Perry, da su versión sobre la revuelta y las protestas violentas en contra del Gobierno de Daniel Ortega. Este es su relato publicado en el periódico británico The Guardian:

Vivo en la ciudad de Masaya, que estuvo bajo control de la oposición durante tres meses, con las calles bloqueadas por cientos de barricadas. Aquí, brevemente, es lo que sucedió:

Los edificios públicos y las casas de los partidarios del gobierno fueron quemados por los manifestantes; las tiendas fueron saqueadas; la mayoría de las empresas y todos los bancos y escuelas estaban cerrados. La escuela secundaria principal para 3,700 alumnos se quemó dos veces. La estación de policía estuvo bajo asedio durante 45 días, por lo que no había patrullas. No hay autos ni taxis que puedan usar las calles; pasar las barricadas a pie implicaba ser revisados por jóvenes con armas y en ocasiones amenazados.

Al principio, los manifestantes tenían morteros caseros, pero más tarde muchos adquirieron armas más serias como los AK-47; los alborotadores pagados manejaban las barricadas en la noche. Un oficial de policía capturado cerca fue torturado y luego asesinado, su cuerpo quemado en una barricada.

Aunque la policía, que recuperó el control de la ciudad el 17 de julio, estaba bien armada, solo hubo tres bajas, incluido un policía. La gente salió a la calle, bailando, cantando y ofreciendo comida y bebida a la policía (escenas similares ocurrieron en otros lugares).

Por supuesto, la comunidad sigue muy dividida, pero, contrariamente a lo que cuentan sus informes, Masaya es mucho más pacífica de lo que era cuando estaba bajo el control de los manifestantes. Antes de abril, de hecho, Nicaragua era uno de los países más seguros de América Latina; esperamos que recupere ese estado muy pronto.

por RESISTENCIA 2.0 -

Un analisis de la Unidad de Inteligencia del semanario británico The Economist, informó que el Gobierno Sandinista ha ganado la delantera ante la crisis desatada por los sectores de oposición que presionaron, sin éxito alguno, por la renuncia del mandatario.

“El presidente Daniel Ortega, al menos temporalmente ha ganado la delantera en el conflicto civil de tres meses de Nicaragua”, señala el informe.

El análisis refiere que a pesar de la presión internacional el Gobienro de Ortega se mantiene firme, sin embargo advierte que la oposición buscará apoyo externo, trasladando la lucha al ámbito internacional.

“Desalojada de las calles y autopistas donde libraba sus protestas, la oposición Alianza Cívica, una coalición de estudiantes, campesinos, grupos de la sociedad civil y empresarios, no está dispuesta a negociar desde un punto débil, creyendo que puede reagruparse y reanudar la lucha", explica el informe de The Economist.

por Peter Bolton -

En una carta abierta, 28 académicos, periodistas y activistas criticaron a The Guardian por su "cobertura muy inexacta de Nicaragua". Y para un abogado de derechos humanos que firmó la carta, esto forma parte de "la mayor campaña de desinformación" que haya presenciado.

Tensiones políticas en Nicaragua

Como The Canary informó anteriormente , Nicaragua se ha visto convulsionada por las protestas contra el gobierno del presidente Daniel Ortega desde abril. Las manifestaciones comenzaron por una propuesta del gobierno de reformar parcialmente el sistema de seguridad social del país, que se encontró con protestas públicas de todo el espectro político.

El gobierno retiró los planes, pero para entonces la movilización se había transformado en un movimiento más amplio que pedía la renuncia de Ortega o la convocatoria de elecciones anticipadas, que actualmente están programadas para 2021 .

Los opositores reclamaron que el gobierno de Ortega se ha vuelto cada vez más "autoritario" y que ha estado intentando establecer una dinastía política. Pero otros, incluido el galardonado periodista Max Blumenthal, han argumentado  que los disturbios públicos han sido cínicamente aprovechados por oponentes de Ortega de la clase alta y respaldados por Washington, que desde hace tiempo tienen el objetivo de obligarlo a dejar el cargo.

De cualquier manera, las protestas se han vuelto cada vez más violentas y conflictivas. Las batallas callejeras han tenido lugar entre lados opuestos. Pero aunque ciertamente se han registrado incidentes de violencia por parte de las facciones tanto pro como antigubernamentales, la mayoría de la prensa occidental se ha centrado casi exclusivamente en la postura de la oposición (que la respuesta del gobierno a los disturbios ha sido desproporcionada, si no absoluta) sin prestar suficiente atención a los incidentes de violencia por parte de la oposición.

"Cobertura impredecible" de The Guardian

Una carta abierta  en el sitio  web Grayzone de Max Blumenthal ahora ha llamado a The Guardian por culpar consistentemente a la violencia de Nicaragua principalmente al gobierno de Ortega. La carta, que tiene 28 signatarios de todo el mundo del periodismo, el activismo político y la academia, establece que:

"A pesar de la abundante evidencia de violencia de la oposición, casi todos sus 17 informes desde mediados de abril culpan al gobierno de Daniel Ortega por la mayoría de las muertes que han ocurrido".

La  Carta Abierta a The Guardian sobre su impredecible cobertura de Nicaragua  señala que estos artículos han omitido consistentemente casos de simpatizantes del gobierno asesinados por oponentes del gobierno, a pesar de que hay al menos  21 casos registrados de tales asesinatos y varios cientos de lesiones más. Agrega que los artículos del periódico tampoco mencionaron los ataques a la propiedad por parte de opositores del gobierno, que incluyeron ataques incendiarios contra edificios públicos, el saqueo de tiendas y la destrucción de viviendas de funcionarios del gobierno.

La carta también señala que los informes de Guardian han presentado abrumadoramente los puntos de vista de los opositores del gobierno de larga data como provenientes de observadores neutrales, describiéndolos a menudo simplemente como "activistas de derechos humanos". Varias de sus piezas fueron incluso escritas por Carl David Goette-Luciak, a quien señala la carta "se asocia abiertamente con figuras de la oposición".

El papel de los medios en 'militarizar' la agitación de Nicaragua

La carta continúa agregando que la mayor parte de la cobertura de Guardian sobre la situación simplemente repite la demanda de la oposición de que Ortega debe renunciar a la presidencia, dejando de lado el hecho de que:

"Los organismos internacionales que median la crisis (la ONU, la Organización de los Estados Americanos y el Sistema de Integración Centroamericana) han rechazado todo esto por ser inconstitucional y es probable que produzca caos".

Quizás lo peor de todo es que la carta también acusa a  The Guardian  de no mencionar en sus informes la "evidencia detallada de que los grupos opositores se benefician de millones de dólares en fondos estadounidenses destinados a" alimentar "el levantamiento nicaragüense". Max Blumenthal mismo describió  esta evidencia en un artículo reciente.

Sin embargo, la carta reserva una parte de elogio para una pieza de Guardian sobre un tema diferente escrito por Simon Jenkins. En este artículo, Jenkins  criticó  la "prisa por juzgar en la puja de la agenda de noticias" en la que "las redes sociales y las noticias falsas se convierten en armas". Y de acuerdo con la carta de Grayzone , "esto es precisamente lo que está sucediendo en los principales informes de Nicaragua "

La carta concluye pidiendo a The Guardian  "que adopte una posición más responsable, desafíe la abundante información errónea y en el futuro proporcione un análisis mucho más equilibrado de la crisis".

The Canary contactó a The Guardian para que comentara, pero no recibió respuesta en el momento de la publicación.

Abogado de derechos humanos: "la mayor campaña de desinformación que he presenciado"

Uno de los signatarios de la carta, Dan Kovalik, abogado de derechos humanos y profesor de la Universidad de Pittsburgh, viajó recientemente a Nicaragua para investigar más a fondo la situación. En declaraciones a  The Canary sobre Nicaragua, dijo:

"Estoy convencido de que la cobertura general de la situación allí representa la mayor campaña de desinformación que he presenciado".

"No he visto ninguna cobertura generalizada sobre la violencia perpetrada por la oposición extrema, aunque esa violencia ha sido sustancial. Como un solo ejemplo, nos encontramos con el personal de RadioYa !, que fue incendiado por las fuerzas de derecha con 22 empleados en el interior. (Afortunadamente, lograron salir vivos.) Nos dijeron que fuimos los primeros periodistas occidentales en visitarlos y escuchar su historia. Simplemente no ha habido ningún intento por parte de la prensa dominante para proporcionar una cobertura equilibrada de estos eventos, y el resultado es que el público ha sido muy engañado acerca de lo que está sucediendo allí. En resumen, el público está siendo llevado a creer que lo que de hecho es una contrarrevolución violenta es de alguna manera una revolución pacífica y progresista."

Merecemos una mejor información

Esta no es la primera vez que The Guardian es criticado por su cobertura parcial de América Latina. Cuando Rory Carroll fue el corresponsal de América Latina del periódico, por ejemplo, fue duramente criticado por sus artículos muy tendenciosos en los que desestimó las críticas a la injerencia de Estados Unidos en la región.

Claramente, el portaestandarte largamente anunciado de la cobertura de izquierda en el Reino Unido se ha convertido, al menos en América Latina, en un portavoz más para el consenso favorable a Washington pro-neoliberal de la prensa occidental dominante.

por RESISTENCIA 2.0 –

Expertos en política internacional, señalan que el cambio en la política exterior mexicana, que implementará el nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) no se alineará con los intereses injerencistas sobre Nicaragua o cualquier otro país, por el contrario, se prevé que la diplomacia mexicana lidere un bloque regional opuesto al golpismo en Latinoamérica.

Desde los centros de pensamiento regionales, algunos afiliados a la extrema derecha, se vaticina que con la llegada de AMLO al poder en México, las acciones de los grupos de países que cabildean en contra de Nicaragua o Venezuela, sufrirán una estrepitosa derrota.

En el caso de Nicaragua, el actual gobierno de México, hasta ahora se ha plegado al grupo de países que promueven acciones intervencionistas contra Nicaragua. Pero, con la nueva visión en las relaciones internacionales México no continuará con la política de intromisión en asuntos internos de los países soberanos y eso será determinante en foros como la OEA.

Al analizar el contexto internacional, Jorge G. Castañeda, ex secretario de Relaciones Exteriores de México (2000 a 2003)  dejó entrever que el nuevo gobierno no apoyará las presiones injerencistas sobre el Gobierno del Presidente Daniel Ortega. 

En 1979, México desempeñó un papel clave ya que encabezó la oposición regional contra Somoza, recordó Castañeda. Este hecho histórico remarca la importancia de México en la arena política internacional. 

En su análisis, el experto menciona que en el año 2000, México abandonó su tradicional política exterior de no intervención, pero con la llegada al poder de AMLO  se “dará un giro radical a la política en México, y es posible que ocurra lo mismo con la política exterior”.

En efecto, el futuro secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, “declaró que la sola discusión de los casos de Nicaragua y Venezuela en la OEA era equivalente a interferir en los asuntos internos de estas naciones”, expone Castañeda.

Además de las declaraciones del próximo canciller mexicano, el nuevo gobierno electo ya está dando señales contundentes que muestran el rigor de la nueva política internacional mexicana.

“López Obrador envió a la presidenta de Morena, su partido, al Foro de São Paulo en La Habana, cuya declaración final firmó. Otro de sus enviados pronunció un contundente discurso de apoyo a los gobiernos latinoamericanos de izquierda, incluyendo al de Nicaragua”, afirma Castañeda.

Esto significa que México, la segunda nación más grande de la región, ya no será parte de la alianza latinoamericana que buscaba, sin tener éxito hasta ahora, promover acciones injerencistas en contra el gobierno nicaragüense, electo democráticamente en noviembre del 2016 y cuyo periodo constitucional finaliza en el año 2021.

Por otro lado, el ex canciller mexicano recordó que en la reciente celebración del Foro de Sao Paulo, en La Habana, los delegados de los partidos políticos de izquierda y otras importantes organizaciones latinoamericanas manifestaron su solidaridad con Ortega y condenaron a los grupos terroristas de la derecha golpista que intentan derrocarlo con  el apoyo del imperialismo de Estados Unidos.

 “La izquierda latinoamericana ya no es lo que era hace solo cinco años, pero continúa siendo poderosa, además de estar bien organizada y conectada”, valora Castañeda, agregando que el Gobierno Sandinista todavía cuenta con el respaldo tradicional internacional y regional.


por RESISTENCIA 2.0 -

Las acciones injerencistas de los Estados Unidos contra el Gobierno Sandinista de Nicaragua, es cosa de vieja data, y han marcado la matriz de opinión pública internacional, no solo con la reciente intentona golpista (en la que miembros del Movimiento 19 de Abril jugaron el rol de títeres), sino con documentos claves que no son secretos para los revolucionarios apropiados de su historia.

Muchos analistas y críticos de izquierda, han catalogado el frustrado golpe blando en Nicaragua como resultado del espejo o copia total del guión sharpiano, relativo al politólogo y filósofo estadounidense, Gene  Sharp, con su manual de “Cómo derrocar a un gobierno en tan solo cinco pasos”. Este mismo manual, tuvo su primer intento frustrado ante los albores del triunfo de la Revolución Popular Sandinista.

En la década de 1980, el gobierno de los EE.UU. de Reagan estaba decidido a socavar o derrocar al gobierno izquierdista de Nicaragua. Como parte de esta campaña, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) produjo un pequeño libro ilustrado en español y en inglés, diseñado para desestabilizar el Gobierno de Nicaragua y su sistema económico.

Muy similar al actual escenario, en aquel entonces la prensa internacional se hizo eco de las actividades de la CIA contra el gobierno de Nicaragua, a raíz del descubrimiento de este texto de entrenamiento elaborado por la Agencia para su distribución entre los "contra": EL MANUAL DE LAS OPERACIONES PSICOLÓGICAS EN LA GUERRA DE GUERRILLAS.

Asimismo, la CIA introdujo en Nicaragua, en forma de comic, el llamado MANUAL DEL COMBATIENTE POR LA LIBERTAD, dirigido a crear una resistencia interna y a instruir a la población en técnicas de sabotaje.

Ambos manuales se reprodujeron íntegramente en un libro, precedidos de una introducción de Philip Agee, el ex-agente de la CIA, que se dedicó gran parte de su vida (no al espionaje, como muchos lo tildaron) sino a denunciar las operaciones de esta agencia, que influían en la situación política interna de varios países, entre ellos Nicaragua.

Philip Agee, el ex-agente de la CIA



















A diferencia de aquel frustrado manual instructivo, esta vez la CIA adoctrinó a miembros del Movimiento 19 de Abril (M19), siempre bajo la aplicación del guion de Gene Sharp; solo que esta vez con una estrategia mediática, sincronizada a través del control de la matriz de opinión pública en las redes sociales, llevando al país a una guerra de baja intensidad o guerra psicológica, hoy vencida por la batalla de las ideas y la imponente historia de la auténtica Revolución Sandinista.

COMICS: MANUAL DE SABOTAJE DE LA CIA (CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES PURA COINCIDENCIA?):










por RESISTENCIA 2.0 -

El sociólogo y politólogo argentino, Atilio A. Boron, actualmente uno de los más relevantes pensadores latinoamericanos sobre geopolítica mundial, formuló una metáfora ingeniosa sobre la actual situación de la revolución sandinista, y analizó el oscuro trasfondo geopolítico y el interés de Estados Unidos al financiar un golpe de Estado en Nicaragua.

Boron atina que en la difícil coyuntura actual en Nicaragua se ha precipitado un verdadero aluvión de críticas. Y asegura que la derecha imperial y sus epígonos en América Latina y el Caribe redoblaron su ofensiva con un único y excluyente objetivo: crear el clima de opinión que permitiera derrocar sin protestas internacionales al gobierno del Presidente Daniel Ortega, elegido hace menos de dos años (noviembre del 2016) con el 72 por ciento de los sufragios.

En este sentido, explicó que esto era previsible; pero lo que no lo era fue que en esa arremetida participaran con singular entusiasmo algunos políticos e intelectuales progresistas y de izquierda que unieron sus voces a la de los lenguaraces del imperio.

“Un notable revolucionario chileno, Manuel Cabieses Donoso, de cuya amistad me honro, escribió en su flamígera crítica al gobierno sandinista que “la reacción internacional, el ‘sicario’ general de la OEA, los medios de desinformación, el empresariado y la Iglesia Católica se han adueñado de la crisis social y política que gatillaron los errores del gobierno. Los reaccionarios se han montado en la ola de la protesta.”, explicó el escritor.  

Desde su artículo “Nicaragua, la revolución y la niña en el bote”, el filósofo argentino refiere que la derecha vernácula y sus amos extranjeros se adueñaron de la crisis social y política en Nicaragua, dato éste de trascendental importancia que no puede ser soslayado o subestimado.

Boron se hace la siguiente pregunta, si ¿Alguien en su sano juicio puede suponer que la destitución del gobierno de Daniel Ortega instauraría en Nicaragua una democracia escandinava?

Sobre lo planteado, explica que una debilidad común a todos los críticos es que en ningún momento hacen alusión al marco geopolítico en el que se desenvuelve la crisis en Nicaragua.

“¿Cómo olvidar que México y Centroamérica es una región de principalísima importancia estratégica para la doctrina de seguridad nacional de Estados Unidos? Toda la historia del siglo veinte está marcada por esta obsesiva preocupación de Washington para someter al rebelde pueblo nicaragüense. A cualquier precio. Si para ello fue necesario instaurar la sangrienta dictadura de Anastasio Somoza a la Casa Blanca no le tembló el pulso y actuó en consecuencia”, dijo.

El filósofo recuerda que esta acción fue criticada por algunos representantes Demócratas en el Congreso de Estados Unidos por el respaldo que Franklin D. Roosevelt le otorgaba al dictador Somoza, éste se limitó a responder que “sí, es un hijo de puta pero es NUESTRO hijo de puta.” Y las cosas no cambiaron desde entonces.

“Cuando el 19 de Julio de 1979 el Frente Sandinista derrotó al régimen somocista, el presidente Ronald Reagan no titubeó un minuto en organizar una operación mafiosa de tráfico ilegal de drogas y armas a los efectos de poder financiar, más allá de lo que autorizaba el Congreso de Estados Unidos, a la “contra” nicaragüense. Se conoció todo esto bajo el nombre de “Operación Irán-Contras”, rememoró.

Atilio A. Boron, se pregunta hoy si podemos ser tan ingenuos para obviar estos antecedentes, o para pensar que esas políticas intervencionistas y criminales son cosas del pasado?

“Un país, además, que en tiempos recientes ha planeado la construcción de un canal interoceánico –financiado por capitales chinos-que competiría con el de Panamá, controlado de hecho, si no de derecho, por Estados Unidos. Estos no son datos anecdóticos sino de fondo, indispensables para calibrar con precisión el marco geopolítico en que se desenvuelven los trágicos acontecimientos de Nicaragua”, atinó.

Para Boron se trasladó buena parte de los mercenarios que protagonizaron las “guarimbas” en Venezuela a Nicaragua, y están aplicando ahora en Nicaragua la misma receta de violencia y muerte que se enseña en los manuales de la CIA. Lo que ve como conclusión, que la caída del sandinismo iba a debilitar el entorno geopolítico de la brutalmente agredida Venezuela, y aumentaría las chances para la generalización de la violencia en toda la región.

Valiéndose de la non fiction, el analista político, refiere que estando recientemente en el Foro de Sao Paulo, que tuvo lugar en La Habana, pudo deleitarse en la contemplación del Caribe. Donde divisó a lo lejos un frágil botecito. Lo manejaba un robusto marinero y, en el otro extremo se encontraba una joven muchachita. El timonel parecía confundido y se esforzaba para mantener el rumbo en medio de una amenazante marejada.

“Se me ocurrió pensar que esa imagen podía representar con elocuencia al proceso revolucionario, y no sólo en Nicaragua sino también en Venezuela, Bolivia, donde sea. La revolución es como aquella niña, y el timonel es el gobierno revolucionario. Este se puede equivocar, porque no hay obra humana a salvo del error; y cometer errores que lo dejen a merced del oleaje y pongan en peligro la vida de la niña”, narró.

Y continuando con su parangón, dijo que para colmo, no muy lejos se dibujaba la ominosa silueta de una nave de guerra de Estados Unidos, cargada de armas letales, escuadrones de la muerte y soldados mercenarios.

“¿Cómo salvar a la niña? ¿Botando el timonel al mar y dejando que se hunda el bote, y con él la niña? ¿Entregándola a la turba de criminales que se agolpan, sedientos de sangre y prestos para saquear el país, robarle sus recursos y violar y luego matar a la jovencita?”, se pregunta el Premio Internacional José Martí (Unesco, 2009).

Boron ve que estas interrogantes conlleven a una solución. Y asegura que más productivo sería que algunos de los otros botes que se encuentren en la zona se acerquen al que está en peligro y hagan que el desastrado timonel enderece el rumbo. Y asegura que hundir al que lleva a la niña de la revolución, o entregarla al navío norteamericano difícilmente podrían ser consideradas soluciones revolucionarias. 




por RESISTENCIA 2.0 –

Mientras en Chile la cúpula eclesiástica de la Iglesia Católica está implicada en el encubrimiento y autoría de delitos sexuales cometidos contra menores y adultos, en Nicaragua los curas no se quedan atrás y ocuparon sus templos para esconder a criminales y terroristas que desataron una ola de violencia que dejó centenares de muertos.

En Chile, un total de 158 miembros de la Iglesia católica son investigados como autores o encubridores de abusos sexuales cometidos contra menores y adultos, dijo este lunes la Fiscalía de ese país.

Las investigaciones abarcan las denuncias de abusos cometidos por obispos, clérigos y trabajadores laicos presentadas desde el año 2000, señalan los medios informativos chilenos.



En Nicaragua, aunque la historia es otra, el actuar de la cúpula de la iglesia es igual de doloso.

En su afán de provocar una ruptura del orden constitucional, algunos obispos de la CEN se mostraron abiertamente a favor de las acciones violentas organizadas por la oposición para generar el caos y sembrar el miedo y la muerte.

En el país se levantaron centenares de tranques, que eran puntos donde se cometían graves delitos en contra de la población.

La Iglesia Católica en lugar de insistir en el llamado a la paz, apoyó la instalación de los tranques y colaboró con la alimentación de los delincuentes cuando prestó los templos y en particular la Catedral de Managua para recolectar alimentos y dinero para continuar con la estrategia golpista.



En redes sociales circulan fotos y  vídeos donde se muestra que algunos templos católicos en Masaya, así como en varios municipios del norte del país, sirvieron para esconder a los criminales y todo tipo de armas con las que aterrorizaron a la población.

Ahora la cúpula eclesiástica se lava las manos y utiliza su influencia a nivel internacional para sabotear la economía y el desarrollo del país.

¿Por qué será que la “monja tuitera”  Xiskya Valladares ( @xiskya ) guarda silencio ante estos hechos abominables que cometió la iglesia católica en Chile y en Nicaragua? ¿Por qué no se solidariza con todas las víctimas de los abusos sexuales cometidos por los sacerdotes en Chile, y con las familias de las víctimas que fueron torturadas y quemadas por los terroristas en Nicaragua? ¿Por qué ocultan la verdad?

por RESISTENCIA 2.0 –

Incapaz de ganar elecciones de forma democrática, en abril del 2018 los sectores opositores radicales de Nicaragua, aglutinados en la llamada Alianza Cívica, se enlistaron en un plan desestabilizador para forzar una ruptura constitucional y desmontar el gobierno del Frente Sandinista.

Tres meses después del 18 de abril, Ortega continúa al frente del Gobierno y los analistas internacionales consideran que la ola de terrorismo en Nicaragua está por terminar. Agencias especializadas en temas de seguridad, informaron que el Gobierno logró restablecer el control en los lugares donde la oposición desarrolló sus principales acciones terroristas. 

A la luz de los hechos, el político y diplomático chileno Gabriel Gaspar, ex Subsecretario FF.AA. y ex embajador en misión especial de su país,  analizó la situación de Nicaragua en el programa chileno Pauta Final.

Gaspar señaló que si bien al inicio de los episodios violentos la oposición tuvo fuerza para movilizarse, en este momento su base se ha escurrido, agregando que este sector político nunca tendría fuerza suficiente para gobernar Nicaragua.

La oposición “no tiene fuerza para gobernar, o para pedir el cambio de gobierno que es lo que está pidiendo”, aseguró el analista.

En su observación sobre la situación del país centroamericano, el experto mencionó que los puentes entre el sector opositor y el gobierno están cortados; asimismo, dejó entrever que la Iglesia Católica, como institución facilitadora del diálogo, está incapacitada para continuar con esa función.

Aunque los líderes católicos insisten en mantenerse al frente del diálogo nacional, la población nicaragüense desconfía de su mediación, porque han salido pruebas de su complicidad en la estrategia golpista que los opositores dirigen abiertamente.

Ante este escenario, Gaspar señaló que el diálogo podría ser facilitado por algún grupo de países, aunque también advirtió sobre la polarización con la que los organismos internacionales están actuando respecto a Nicaragua.

“Los organismos lo que han hecho es polarizarse, tomar bandos. Los del ALBA van allá y los del Grupo de Lima para acá, entonces rompen la norma básica de la diplomacia que es buscar salida, o sea resolver los conflictos, no para echarse en cara o confrontarse”, explicó.

A su juicio, la situación en Nicaragua es compleja y está mostrando las limitantes del multilateralismo regional, y es por ello que se refirió a México como un posible mediador efectivo para encontrar soluciones a la crisis.

“Lo que hay que buscar primero es parar, o sea frenar (la violencia), luego buscar un mecanismo de diálogo, ver quién puede ser ese garante si es interno o interno y externo, puede ser algún nuevo gobierno. Yo veo por ejemplo un gobierno que apenas va a asumir en diciembre, porque esto sería una pegada ideal para la diplomacia mexicana emergente”, valoró el analista internacional.

El experto no solo abordó en su análisis el escenario de Nicaragua tras los tres meses que duró la ola desestabilizadora. También se refirió a algunos aspectos que deben tomarse en cuenta al momento de exponer lo que pasa en el país.

Hizo énfasis en la estabilidad social que se había generado durante 11 años en Nicaragua, país que gozaba de excelentes niveles en materia de seguridad ciudadana. 

“Es un país centroamericano donde no existen estas organizaciones criminales llamadas maras, como en El Salvador, Honduras y Guatemala, donde las maras son a veces más poderosas que la Policía. En Nicaragua no existen; tienen un buen nivel de seguridad, en primer lugar porque la población que fue organizada por los sandinistas, apoyaba y cooperaba con la Policía”, mencionó.

“Teníamos estabilidad, teníamos estabilidad económica, una seguridad ciudadana bastante remarcable para lo que es Centroamérica y tenían buenas relaciones con los americanos. Y tenían un sistema electoral que siempre fue supervisado. Incluso las últimas elecciones fueron supervisadas por los organismos electorales de la OEA”, remarcó el experto.


por Sputnik

(RESISTENCIA 2.0) -

Los disturbios constantes que comenzaron hace tres meses y segaron la vida de cientos de personas son en realidad un "ataque total contra el sector público", contó a Sputnik el editor jefe de Grayzone Project, Max Blumenthal.

Los críticos afirman que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, pretende establecer una dinastía similar a la de los Somoza —una dictadura familiar apoyada por EEUU que gobernó en el país desde el 1936 hasta 1979—.

Así, los medios 'mainstream' cuentan que los manifestantes son simplemente unos revolucionarios que intentan impedir que el presidente nicaragüense establezca una nueva dinastía.

No obstante, Max Blumenthal está convencido de que las afirmaciones hechas por estos medios no tienen nada que ver con la realidad y argumentó su posición después de haber visitado el país en persona.



Hoy es el 39 aniversario de la Revolución sandinista. Managua sale a celebrar la aparente derrota de un golpe de Estado blando que paralizó a #Nicaragua. Estoy aquí para documentar un lado de la historia omitido por los medios occidentales. Sigue un hilo sobre algo de lo que he aprendido.

Ayer visité Radio Ya, una estación de radio privada de izquierda que tiene la mejor calificación en Managua y que proporciona servicios sociales a los locales sin importar su política. Fue quemada por la oposición. 22 miembros del personal lograron escapar.

Intimidación mortal

El entrevistado señaló que conoce las consecuencias de lo que ocurrió cuando EEUU armó a la oposición —los Contras— en los años 80. Así, observó que algo similar está ocurriéndole ahora a la gente que se opone a las campañas antisandinistas.

Blumenthal añadió que Radio YA prestaba servicios sociales a los lugareños sin importar sus visiones políticas. Y destacó que se intimida a la gente de a pie que simplemente quiere colaborar con el Gobierno y servir a su comunidad.



.@nuevaya’s Schwartz me contó que informó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre el incendio de su estación por militantes de la oposición y que lo ignoraron. Él dijo que mis colegas @danielmkovalik, @ThomasHedgesTRN y yo somos los primeros reporteros occidentales en entrevistarlo.

La oposición armada de Nicaragua incendió este banco cooperativo que sirve a la clase pobre y trabajadora de Managua y que lleva el nombre de Hugo Chávez. Los registros y cuentas de unas 100.000 personas están ahora en peligro. Se ha lanzado una campaña de violencia dirigida contra el sector público.

De hecho, algunos de ellos acaban asesinados de una manera que no se observaba en la década de los 80, puesto que los Contras no lograron entrar en la capital de Nicaragua, añadió el columnista.

La mano de Washington en Managua

Max Blumenthal también reseñó que, durante su estancia en el país de América Central, descubrió que EEUU está involucrado en los sucesos que se están viviendo allí.

Junto al columnista estuvo en Nicaragua Dan Kovalik, un abogado especializado en derechos humanos que también compartió algunas de sus reflexiones sobre la cobertura informativa de los sucesos.

Según explicó, es en realidad la oposición la que está censurando a los sandinistas y no al revés, puesto que son precisamente ellos los cazados. "Lo que está ocurriendo aquí no es una revolución contra el Gobierno. Es una contrarrevolución apoyada por EEUU", concluyó el letrado.

Así, Blumenthal señaló que los nicaragüenses lo tienen muy duro para protestar pacíficamente, porque son atacados constantemente por figuras de la oposición. De acuerdo con él, se está intentando desmoronar por completo los fundamentos que mantienen unidos a los pobres trabajadores con tal de hundirlos en la pobreza extrema.

Uno de los métodos usados por EEUU en este caso es la financiación de una banda criminal llamada Viper (víbora en inglés) a través de una figura de la oposición: Félix Madariaga.

Blumenthal asegura que el político sirve de canal para el dinero enviado por USAid, organización apoyada por el Departamento de Estado, y por la Fundación Nacional para la Democracia. Con ello, Madariaga negó las acusaciones de sus enlaces con bandas criminales.

No obstante, los que están luchando en el bando de la oposición no son unos "estudiantes esperanzados e idealistas", señaló el entrevistado. Se trata de una "contrarrevolución activada por elementos criminales extremos que paralizaron la economía de Nicaragua y no le permitieron crecer en lo que va del año".


La oposición ha apuntado contra las universidades públicas. Silke Pérez nos dijo cómo los elementos criminales la mantuvieron fuera de la UNAN durante 2 meses. "Los maestros les suplicaron que no se apoderaran de nuestra escuela". Antes de que se desvanecieran, las bandas armadas quemaron el centro de cuidado infantil de la UNAN y más.

Max Blumenthal destacó que hubo decenas de muertos, muchos de los cuales fueron del lado de la oposición, y concluyó que el Gobierno no podría haber sobrevivido si no se hubiera respondido con un cierto nivel de fuerza.

Nicaragua vive una grave crisis desde el 18 de abril pasado, cuando comenzó una ola de protestas contra el Gobierno que desembocó en duros enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad.

La CIDH informó a principios de julio que 264 personas fallecieron desde que comenzaron las protestas, mientras que la ONG Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos asegura que las muertes se elevan a 351.

El Gobierno de Ortega atribuye el derramamiento de sangre a sectores violentos de la oposición que intentan ejecutar un "golpe blando" en su contra.


por RESISTENCIA 2.0 -

Veintiún países alienados a la política del departamento de Estado de los Estados Unidos, recién han aprobado una resolución ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), que deja en clara evidencia el descarado interés político y económico que tiene la potencia del Norte para perpetrar de forma apresurada un golpe de Estado en Nicaragua.

Ante esta política de intromisión, erigiéndose la OEA como un tribunal de facto, expertos juristas internacionales han opinado que tal resolución condenatoria, promovida por Argentina, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Perú y Estados Unidos, es ilegal e ilegítima, y por tanto no tiene ningún efecto en el los destinos políticos de Nicaragua.

El Canciller de la República de Nicaragua, Denis Moncada, en representación del gobierno del Presidente Daniel Ortega, dejó claro ante la OEA que dicha resolución es injusta y carente de objetividad,  y la misma se ensaña contra la soberanía de un país que forma parte de la comunidad de América Latina y El Caribe.

Pese al desborde triunfal de la derecha golpista, los juristas han explicado que “ninguna resolución emitida por este organismo internacional tiene valor jurídico vinculante, partiendo que la OEA está para buscar acuerdos, y no imponer cosas, no siendo una institución supranacional sino multilateral”.

El grito de victoria de los golpistas nuevamente queda solo en papeles y redes sociales, y no tendrá mayor efecto, ni materialización en ningún plano jurídico. Los especialistas indican que una cosa es examinar una resolución aceptada, adoptada por la OEA, pero otra cosa es pretender que hay que aceptar el contenido de la resolución cuando este no tiene vocación de ser jurídicamente vinculante".

La razón por la que Nicaragua ha decidido participar en la discusión de la resolución, es vista por los juristas con el fin de ocupar este espacio para evidenciar y denunciar las claras intenciones de los Estados que se han sumado cínicamente al golpismo, pero el documento no genera obligación de conformidad con el contenido del mismo.

A través de esta resolución la OEA pretendió condenar a priori y de manera injusta e improcedente al gobierno constitucional, legítimo del Presidente Daniel Ortega, sin embargo, y tal como lo dejó sentado el canciller nicaragüense: "es un desacierto político y diplomático", y no pasará a más.