por RESISTENCIA 2.0 -
México, 2018. Andrés
Manuel López Obrador (AMLO) acaba de ganar las presidenciales en México, y desde Nicaragua
la moral de la izquierda socialista vibra en el fondo de alegría. Los revolucionarios
nicaragüenses saben que tras el reciente triunfo de Nicolás Maduro, en
Venezuela, y la ahora contundente victoria electoral de ‘El peje’ se traduce en un
doble gancho al hígado a la oligarquía latinoamericana.
Las redes
sociales se inundan de comentarios positivos para AMLO. Los nicaragüenses,
quienes enfrentan la peor intentona de un golpe de Estado, dirigido y
financiado desde el Pentágono, están felices. Saben que Obrador ama a Fidel, Raúl y Chávez, y por tanto siembra esperanza de la buena para las relaciones
amistosas, culturales y comerciales de futuro entre México y Nicaragua.
Grandes
similitudes y paralelismos se trazan en el tablero geopolítico en torno al liderazgo
y plan de nación que impulsa el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega Saavedra
y la perspectiva del plan de trabajo de
López Obrador.
Un modelo común que promueve la paz y solidaridad
Al igual que el
líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), el dirigente mexicano
del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), apunta en su
agenda política el consolidar un modelo solidario, llamado a generar paz,
trabajo y reconciliación.
En
los últimos once años, Daniel Ortega ha enfocado su política en fortalecer el
sistema educativo, logrando una significativa retención escolar a través de
programas específicos como la Merienda Escolar, Bonos Económicos para Maestros
y Estudiantes y la apertura de Escuelas
Técnicas y Escuelas en el Campo.
En menos de una década, Ortega posicionó a Nicaragua como el tercer
país que más ha crecido del continente, solo superado por República Dominicana
y Panamá. La economía del país centroamericano ha logrado crecer en los últimos
cinco años hasta el 5.2%, antes de la intentona golpista que ejercen actualmente
pequeños grupos de oposición.
En
su campaña, AMLO, promotor del socialismo del siglo XXI, también anunció impulsar en
el país azteca la educación gratuita en todos los niveles, y apunta a mejorar la
calidad educativa e impulsar la educación técnica entre los jóvenes.
Como
una ecuación siu generis, Amlo y
Ortega proyectan sus políticas de acompañamiento a
pequeñas familias productoras del campo, potenciando la producción de
diferentes rubros a través de programas crediticios a bajos intereses.
Ejes de
trabajo: Infraestructura, Educación y Producción
El triunfo electoral de López
Obrador, ha generado mayor esperanza en un nuevo México que ha elogiado su
propuesta de modernización de la red actual de carreteras, la construcción de
nuevos caminos que comunicarán las cabeceras municipales de Guerrero, Veracruz,
Puebla y Oaxaca.
En su similitud, la construcción
del sistema de carreteras fue uno de los primeros objetivos que emprendió el
Presidente Ortega desde 2007 en Nicaragua, logrando que el país destacara por
tener las mejores carreteras de la región.
Durante este 2018 el Ministerio de
Transporte e Infraestructura (MTI) de Nicaragua, anunció una inversión de más
de 6 mil millones de córdobas para modernizar la red vial en 72 municipios,
noticia que significó una gran esperanza sobre todo para productores del campo.
Uno de los ejes colaterales en las
propuestas gubernamentales de Ortega y Obrador, es impulsar una serie de programas
sociales que apuntan al beneficio de las grandes mayorías. De esta forma, el
líder de Morena, aumentará los programas sociales de apoyo a los Adultos
Mayores, personas con discapacidad y otros grupos vulnerables.
El Gobierno de Reconciliación y
Unidad Nacional (GRUN), conducido por el Comandante Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo, en los últimos años
ha logrado fortalecer las conquistas sociales de los Adultos Mayores, otorgando
y ampliando la pensión reducida a más de 50 mil personas de la tercera edad.
Mandatarios
gozan de amplia popularidad en la región
Lo cierto es que Obrador y Ortega se perfilan como
los líderes políticos más populares y reconocidos en las últimas décadas, a
favor del proyecto político izquierdista y revolucionario de América Latina y el Caribe, al
igual que Nicolás Maduro en Venezuela, Evo Morales en Bolivia, Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel en Cuba.
AMLO promueve una "revolución de las conciencias y un pensamiento
crítico y solidario", muy similar al mandatario nicaragüense, que trabaja
en la consolidación de un Modelo Cristiano, Socialista y Solidario, que ha cosechado
grandes éxitos y ha sido aplaudido por el pueblo, hoy amenazado por una pequeña
minoría financiada por onegés extranjeras para inducir un golpe de Estado.
Sin embargo, la popularidad de ambos líderes de la
región es indiscutible. Las última encuesta de la firma M&R, publicada en
el primer trimestre del 2018, proyectó que más del 80% de la población nicaragüense
aprueba la gestión del gobierno del Presidente Ortega.
Mientras en los recientes sufragios electorales,
Obrador también ha perfilado su popularidad, al resultar ser el favorito del pueblo
mexicano, con un 53% en el primer escrutinio; mientras una encuesta de Mitofsky
le dio a AMLO el 43% y 49% de los votos, y tan solo el 27,7% a su adversario inmediato, Ricardo Anaya.
Como
parte de la ruta que retomará Obrador, está el cumplimiento de un convenio,
suscrito recientemente por la comisión mixta México-Nicaragua, para impulsar 16
proyectos y programas en diferentes áreas, donde la cooperación estará dirigida
principalmente a consolidar los ámbitos científico-técnico y educativo-cultural del
país centroamericano.
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