por Carlos Alberto Escorcia Polanco
Las sanciones que acaba de imponer el gobierno de Estados Unidos contra nuestra vicepresidenta, la compañera Rosario Murillo Zambrana y el asesor presidencial en asuntos de Seguridad, Nestor Moncada Lau, no tienen ningún efecto real y son simplemente de carácter simbólico y político.
El gobierno del presidente Donald Trump, mediante decreto ejecutivo ordenó al Departamento del Tesoro la congelación de bienes y cuentas bancarias que los funcionarios nicaragüenses pudieran tener en Estados Unidos.
Mas que un castigo a los funcionarios Sandinistas mencionados, la medida suena mas a frustración y consolación. La Nica Act sigue empantanada en el congreso estadounidense y la repugnante Ileana Ros Lehtinen ya esta empacando maletas para abandonar para siempre el congreso.
Si la vicepresidenta Murillo Zambrana y el asesor presidencial no tienen cuentas bancarias o propiedades inmuebles en Estados Unidos, entonces la medida solo puede interpretarse como un premio de consolacion a la maltrecha, “alicaída” y fracasada oposición golpista de Nicaragua.
La semana pasada la policía nicaragüense prohibio a la oposición manifestarse este Domingo 25 de Noviembre porque no llenó los requisitos que demanda la ley para tal fin. Luego CNNenEspañol publico una encuesta de M & R Consultores que le da un 63.2% de popularidad al presidente Daniel Ortega.
Luego ayer Lunes por la mañana se da el ridiculo espectáculo en el cual el demagogo y mentiroso profesional, Jaime Arellano, anuncia que se retira y viajará a Estados Unidos por razones de salud. Y lo hace en medio de un patetico mar de lagrimas a como se deshizo en lagrimas también el tristemente célebre Lester Aleman.
La oposición golpista nicaragüense esta lista, servida y peinada de moña . Recorrió su penoso viacrucis y fracasó. Ya no hay nada que hacer mas que pronunciarle los “santos oleos” y desearle mejor vida en el otro barrio, el barrio de los fracasados en Miami, Florida, el estercolero político de las oligarquias desplazadas de America Latina en Estados Unidos.
Durante 20 años, Anastasio Somoza Debayle intentó derrotar al FSLN y no pudo, pagó con su vida su propio fracaso luego del bazucazo en Asuncion Paraguay en 1980. Luego durante 8 años, Ronald Wilson Reagan intentó derrocar al FSLN y fracaso. A pesar que el asesor presidencial Pat Buchanan dijera “el régimen de Ortega no debería sobrevivir a la presidencia de Reagan” la realidad histórica es que Reagan se fue y la Revolucion se quedó.
Las Revoluciones las hacen los pueblos y los pueblos son invencibles. Al gobierno Sandinista solo se le puede derrotar en las urnas mediante la voluntad soberana del pueblo.
Políticamente este gobierno es invencible. El único que le puede decir al comandante que se vaya es el pueblo, de allí ningún oligarca ni chele imperialista puede.
Durante las ultimas elecciones presidenciales de 2015, la oposición montó una feroz campaña pidiéndole al pueblo que no votara. Ahora no solo dicen exactamente lo contrario, sino quieren que dichas elecciones sean adelantadas, con lo cual estarían violando el articulo 148 de nuestra constitución.
Solo Dios podrá remover a Daniel Ortega Saavedra del poder y Dios lo hará mandándolo a llamar para que “trepe ante su presencia” o mediante el voto del pueblo de Nicaragua.
No hay, ni habrá otra forma de tener un cambio de gobierno en este país, a como quisieran los oligarcas, los maricones, las lesbianas y purpurados golpistas de la Gran Ramera del Apocalipsis.
Aunque este no es el gobierno perfecto, este es el mejor gobierno que ha tenido Nicaragua en los últimos 500 años y las clases populares que han visto sus derechos restituidos y sus privilegios reivindicados por el gobierno del comandante Daniel Ortega y la compañera Rosario, deben cerrar filas y defenderlo hasta las ultimas consecuencias.
Este poder es del pueblo, este poder es Sandinista. Patria Libre o Morir. Patria o muerte, venceremos.
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